Existen diferentes normas y estándares que clasifican áreas en ciertas industrias o espacios donde la contaminación por partículas debe ser mínima para asegurar la producción correcta e inocua de un producto determinado. Industrias como la fabricación de fármacos requieren cierta certificación de área limpia acorde al proceso que tienen para asegurar la inocuidad del producto, es decir que no hay posibilidad que este producto pueda tener alguna contaminación o algún agente biológico que afecte al consumidor final. De igual forma en otras industrias como la cosmética, la fabricación de circuitos, salas de cirugía entre otras es necesario cumplir con ciertos parámetros mínimos que aseguren que no existe contaminación en el ambiente y que efectivamente este se encuentra controlado el proceso de producción. Normas como la ISO 14644 son la guía más común para la clasificación de limpieza en salas/cuartos limpios y otros entornos controlados, esta guía indica de acuerdo a tipo de clasificación que se quiera lograr cuantas partículas por unidad de volumen en diversas fracciones deben ser monitoreadas y medidas, así como que niveles mínimos de concentración se requieren para poder clasificar dicho ambiente como un ambiente controlado o un cuarto limpio. Los contadores de partículas son instrumentos que permiten cuantificar de forma inmediata y rápida si un ambiente está cumpliendo con su clasificación, entregando los niveles de concentración de partículas en diferentes fracciones de tamaño e indicando si se está cumpliendo los parámetros que aseguren el control adecuado de dicho ambiente.